Cazadores de sombras:)

-Cuando era un niño pequeño comprendí que si dices una palabra una y otra vez lo bastante deprisa pierde todo su significado. Solía permanecer tumbado repitiendo las palabras una y otra vez: "Azúcar", "espejo", "susurro", "oscuridad"... "Hermana", -dijo en voz baja- eres mi hermana.

-No importa cuantas veces lo digas. Seguirá siendo cierto.
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-Bueno, él no está aquí ahora.

-Clary... -empezó a decir, con una nota de advertencia en la voz; pero ella ya había alargado el brazo arriba y sacado de un violento tirón uno de los libros del estante prohibido, arrojándolo al suelo.

-¡Clary!

-¡Ah, vamos!

Volvió a hacerlo, derribando otro libro, y luego otro. Volutas de polvo se alzaban de las páginas a medida que chocaban contra el suelo.

-Ahora tú.

La contempló durante un instante, y luego una media sonrisa asomó burlona en la comisura de su rostro. Alzó el brazo, lo pasó por el estante y arrojó al suelo el resto de libros con un fuerte estrépito.